domingo, 23 de octubre de 2011

SOLUBILIDAD

Cuando se disuelve un sólido o un líquido, las unidades estructurales iones o moléculas, se separan unas de otras y el espacio entre ellas pasa a ser ocupado por moléculas de disolvente. Durante la disolución, igual que en la fusión y la ebullición, debe suministrarse energía para vencer las fuerzas interionicas o intermoleculares. La energía que se requiere para romper los enlaces entre las partículas de soluto y moléculas de disolvente: Las fuerzas atractivas anteriores son remplazadas por nuevas.
Se necesita una cantidad considerable de energía para vencer las poderosas fuerzas electrostáticas que sostienen un retículo iónico. Solo el agua y otros disolventes muy polares pueden disolver apreciablemente compuestos iónicos. Por definición, una molécula polar tiene un extremo positivo y otro negativo; por tanto hay atracción electrostática entre un ion negativo y la parte positiva de la molécula de disolvente. Estas atracciones se llaman enlaces ion-dipolo. Cada uno de estos enlaces es relativamente débil, pero en conjunto aportan suficiente energía para vencer las fuerzas interionicas del cristal. En la solución cada ion está rodeado por muchas moléculas de disolvente, por lo que se dice que esta solvatado; si el disolvente es agua se dice que el ion esta hidratado.

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